jueves, 21 de junio de 2007

Cambiemos el futuro comprometiéndonos y participando


Más del 60% de la población siente cansancio, falta de energía y sueño

Las causas principales son el exceso de trabajo, el estrés y el descanso nocturno insuficiente
De la Redacción de LA NACION Publicada el 20 de junio de 2007



La nota publicada en el Diario La Nación refleja una realidad que me remite a hacerme estas preguntas ¿mal de muchos consuelo de tontos?; ¿por qué no nos cuidamos más?. Y si ésto nos está pasando a los adultos...¿qué sucederá con los niños y los jóvenes menores de dieciocho años?. O mejor dicho ¿qué está pasando ya?

Justamente en estos días estábamos analizando en familia las causas de tanta violencia, cansancio y estrés y se nos ocurrió pensar que algo se nos estaba escapando en dicho análisis. Esta nota publicada por "La Nación" viene a poner un poco de luz para entender algo de la intrincada trama en la que estamos inmersos.

La mala alimentación, los trastornos del sueño, el estrés, las preocupaciones excesivas, nos llevan a situaciones extremas de ansiedad que desembocan en un clima social reflejo de lo que nos está pasando a algunas personas a nivel individual.

Y pensaba en madres y padres que no alimentan adecuadamente a sus hijos, que no les enseñan hábitos de vida saludables porque no pueden o porque no sanben, por comodidad o por cansancio.

Hay una dimensión privada en esta situación pero también un vacío de legislación y, quizá hasta una oculta intención de que sea precisamente así como está pensada la sociedad del futuro, con niños subdesarrollados y adultos que no puedan pensar ni decidir por sí mismos.

El film "Idiocracia" (Idiocracy) del año 2006 protagonizada por Luke Wilson es una sátira sobre el futuro; tiene una trama que nos muestra a un hombre y una mujer de nivel intelectual bajo que, en 2006 son congelados con la intención de descongelarlos en un año pero, un inconveniente hace que el proyecto falle y se descongelen en 2505 y lo que encuentran es tétrico: seres humanos que viven entre la basura, comen comida chatarra y beben un horrible líquido verde ya que no conocen el agua. Y ellos, que en 2005 eran mediocres, pasan a ser los de más alto coeficiente intelectual



Los habitantes de EE.UU. en 2505 perdieron hablan muy mal, leen peor y no saben realizar cálculos matemáticos. La alimentación en base a hamburguesas, salchichas, papas fritas y gaseosas, hizo estragos. Muchos se ven obesos, con dentaduras deterioradas y en un estado primitivo.

¿Alguna diferencia con muchas situaciones que ya estamos viendo?.

La película apela al humor negro pero es digna de verla y analizarla.

Ojalá nos terminemos de dar cuenta que lo que hagamos hoy educativamente con nuestros hijos se reflejará en el futuro.

Ojalá logremos elegir gobernantes que, en lugar de pelearse, trabajen para solucionar las carencias y los problemas de los ciudadanos, de lo contrario, llegaremos a un punto tal en el que no solo estaremos cansados y con las defensas bajas sino que tendremos una sociedad con adultos deformados física, mental y espiritualmente.

Dios no permitirá que algo así suceda pero nuestra tarea es comprometernos y participar para que se tienda a lograr una mayor justicial social.

Alimentarse bien es una prioridad como lo es también el descanso y el ocio creativo pero también es una realidad que los alimentos más necesarios son los más caros.

Los médicos aconsejan comer verduras y frutas para tener todos los nutrientes y evitar enfermedades pero cuando vamos al supermercado, vemos que están tan caros que tenemos que conformarnos con elegir lo posible y más económico.

Todo un tema: a menor calidad de vida, mayor cantidad de inadaptados,de indigentes, de exaltados, de violentos, de gente que tiene que ejercer su derecho al voto pero no piensa, sino que vota a quienes le prometen lo que difícilmente cumplirán.

Y las consecuencias están a la vista cuando todo queda en manos de unos pocos para beneplácito de algunos hombres y mujeres, que ejercen la política como un negocio y no como una herramienta para lograr el bien común.

Sin embargo no podríamos autodenominarnos creyentes si no tuviéramos la certeza de que, podremos tocar fondo, pero la esperanza nos impulsa para ver siempre la hermosura y el milagro de la vida en Dios que hace nuevas todas la cosas a pesar de nuestros errores humanos.

María Inés Maceratesi