En estos tiempos que corren, muchas personas solicitan, tanto en forma particular y personal como también a través de internet, información sobre la manera de manejar un problema con las drogas, especialmente por parte de sus hijos. Esta nota intenta servir como guía a los padres principalmente porque, el papel de los padres es clave en la prevención de cualquier adicción .
Los padres, con su intervención, pueden contribuir positivamente para intentar evitar o retrasar el consumo de drogas de los hijos. Las drogas han estado, están y estarán siempre presentes en la sociedad y el objetivo primordial consistirá en enseñar a los hijos a aprender a vivir en un mundo con drogas pero, a la vez, esperando que éstas no se conviertan en un riesgo o problema para sus vidas.
El concepto de droga no sólo abarca las sustancias ilegales que tanta alarma social han provocado. sino que es mucho más amplio e incluye multitud de sustancias con las que convivimos actualmente y que forman parte de nuestros hábitos de alimentación, de esparcimiento o de relación con los demás.
Tradicionalmente se ha considerado que informar acerca de las consecuencias de las drogas es la estrategia preventiva por excelencia por lo tanto, cabe suponer que, de esta manera, la persona se hace consciente de los efectos negativos que le traerá el consumo de una sustancia y, en consecuencia, la evitará. Pero todos sabemos que la realidad no es tan sencilla y que el hecho de disponer de información suficiente acerca de las consecuencias de un consumo, no generan la disminución de éste sino que es preciso una actuación más global y profunda.
La información tiene un valor innegable en la prevención del consumo de drogas, bien para tomar decisiones, bien para que sea posible valorar adecuadamente los pros y los contras de cada opción. Por este motivo, es importante adquirir una información suficiente y veraz acerca de las drogas, de lo que puede esperarse de ellas, de cómo influyen en el organismo y cómo condicionan las relaciones con los demás.
Prevenir en familia
Los padres, con su intervención, pueden contribuir positivamente para intentar evitar o retrasar el consumo de drogas de los hijos. Las drogas han estado, están y estarán siempre presentes en la sociedad y el objetivo primordial consistirá en enseñar a los hijos a aprender a vivir en un mundo con drogas pero, a la vez, esperando que éstas no se conviertan en un riesgo o problema para sus vidas.
El concepto de droga no sólo abarca las sustancias ilegales que tanta alarma social han provocado. sino que es mucho más amplio e incluye multitud de sustancias con las que convivimos actualmente y que forman parte de nuestros hábitos de alimentación, de esparcimiento o de relación con los demás.
Tradicionalmente se ha considerado que informar acerca de las consecuencias de las drogas es la estrategia preventiva por excelencia por lo tanto, cabe suponer que, de esta manera, la persona se hace consciente de los efectos negativos que le traerá el consumo de una sustancia y, en consecuencia, la evitará. Pero todos sabemos que la realidad no es tan sencilla y que el hecho de disponer de información suficiente acerca de las consecuencias de un consumo, no generan la disminución de éste sino que es preciso una actuación más global y profunda.
La información tiene un valor innegable en la prevención del consumo de drogas, bien para tomar decisiones, bien para que sea posible valorar adecuadamente los pros y los contras de cada opción. Por este motivo, es importante adquirir una información suficiente y veraz acerca de las drogas, de lo que puede esperarse de ellas, de cómo influyen en el organismo y cómo condicionan las relaciones con los demás.
Prevenir en familia
¿Qué es prevenir acerca de este tema?: prevenir es evitar un problema o informar sobre los riesgos de consumir drogas. Pero la prevención no se traduce sólo en información, sino que implica una actuación más profunda, es decir, implica generar actitudes y decisiones personales frente a los consumos de drogas.
Prevenir no consiste en atajar las causas, sino en educar a los hijos para que se conviertan en personas que no necesitan las drogas para vivir o que saben convivir con ellas sin que les causen ningún mal. Prevenir es educar y educando hacemos prevención.
Prevenir supone ayudar a saber elegir, decidir, corregir, aislar de situaciones comprometidas,.... en función de la situación. Es enseñar a convivir con las drogas. Estas han existido siempre, con multitud de fines y muchas se encuentran integradas en nuestra vida: alcohol, café, tabaco, licores, tranquilizantes, somníferos,...
Se define la prevención del consumo de drogas como el conjunto de medidas encaminadas a evitar, reducir y/o retrasar el abuso de estas sustancias o, en caso de haberse producido, reducir al mínimo las consecuencias negativas de tal abuso.
Prevenir es anticiparse.
Desde pequeños nos enseñan a anticiparnos a aquello que puede poner en riesgo nuestro bienestar, tanto físico, como psíquico y social. Nos enseñan que la salud no es algo que se tiene o no se tiene porque sí, sino que la salud hay que cuidarla y fomentarla.
El consumo de drogas está muy asociado a los estilos de vida, a nuestra particular forma de vivir. Y nuestra salud también está determinada por nuestro estilo de vida. Por este motivo, para prevenir el consumo de drogas es fundamental educar para la salud. Desde niños debemos enseñar comportamientos y hábitos saludables y actitudes favorables al propio cuidado y al de los demás. Este es uno de los pilares fundamentales en los que se basa la prevención y comienza desde la más tierna infancia.
En este sentido, la familia en general y los padres en particular, se convierten en agentes naturales preventivos con espacios y tiempo para y donde actuar, capacidad y autoridad para intervenir cuando se precisa y sentido común para superar dificultades y buscar recursos e información.
La familia es el primer espacio socializador donde el individuo puede desarrollarse como persona responsable y libre:
Prevenir es anticiparse.
Desde pequeños nos enseñan a anticiparnos a aquello que puede poner en riesgo nuestro bienestar, tanto físico, como psíquico y social. Nos enseñan que la salud no es algo que se tiene o no se tiene porque sí, sino que la salud hay que cuidarla y fomentarla.
El consumo de drogas está muy asociado a los estilos de vida, a nuestra particular forma de vivir. Y nuestra salud también está determinada por nuestro estilo de vida. Por este motivo, para prevenir el consumo de drogas es fundamental educar para la salud. Desde niños debemos enseñar comportamientos y hábitos saludables y actitudes favorables al propio cuidado y al de los demás. Este es uno de los pilares fundamentales en los que se basa la prevención y comienza desde la más tierna infancia.
En este sentido, la familia en general y los padres en particular, se convierten en agentes naturales preventivos con espacios y tiempo para y donde actuar, capacidad y autoridad para intervenir cuando se precisa y sentido común para superar dificultades y buscar recursos e información.
La familia es el primer espacio socializador donde el individuo puede desarrollarse como persona responsable y libre:
Aprende y practica la convivencia
Se fomentan hábitos y costumbres saludables
Aprende a respetar normas y a asumir responsabilidades
Se expresan y canalizan emociones
Comparte
Desarrolla valores y actitudes
Siente y muestra afectos
Aprende a comunicarse, pedir y dar
Aprende a decidir y valorar
Aprende a divertirse
Los padres no somos los únicos agentes preventivos, ni los únicos responsables de la educación de nuestros hijos. La escuela, el grupo de amigos, el entorno más cercano como el barrio o la ciudad en la que vivimos, las instituciones e incluso la legislación vigente intervienen en la misma. Sin embargo, si bien estos elementos constituyen una red de apoyo, una ayuda básica e
insustituible, nunca deben entenderse como sustitutos válidos en quienes delegar la educación de nuestros hijos. No debemos dejar de asumir nuestro papel fundamental en su formación como personas.
¿Cuándo se convierten las drogas en un problema?
No hay causas concretas y aisladas que generen problemas con las drogas. Cada persona es distinta y los motivos que cada uno tiene para tomar drogas también (la falta de información, la búsqueda de algo distinto, experimentar qué se siente, animarse, divertirse, olvidar los problemas o, simplemente, hacer lo que hacen los demás).
El consumo de drogas es un fenómeno complejo y multidimensional. Un fenómeno en el que la droga en sí no es el único ni, en muchos casos, el principal aspecto a considerar.
Se fomentan hábitos y costumbres saludables
Aprende a respetar normas y a asumir responsabilidades
Se expresan y canalizan emociones
Comparte
Desarrolla valores y actitudes
Siente y muestra afectos
Aprende a comunicarse, pedir y dar
Aprende a decidir y valorar
Aprende a divertirse
Los padres no somos los únicos agentes preventivos, ni los únicos responsables de la educación de nuestros hijos. La escuela, el grupo de amigos, el entorno más cercano como el barrio o la ciudad en la que vivimos, las instituciones e incluso la legislación vigente intervienen en la misma. Sin embargo, si bien estos elementos constituyen una red de apoyo, una ayuda básica e
insustituible, nunca deben entenderse como sustitutos válidos en quienes delegar la educación de nuestros hijos. No debemos dejar de asumir nuestro papel fundamental en su formación como personas.
¿Cuándo se convierten las drogas en un problema?
No hay causas concretas y aisladas que generen problemas con las drogas. Cada persona es distinta y los motivos que cada uno tiene para tomar drogas también (la falta de información, la búsqueda de algo distinto, experimentar qué se siente, animarse, divertirse, olvidar los problemas o, simplemente, hacer lo que hacen los demás).
El consumo de drogas es un fenómeno complejo y multidimensional. Un fenómeno en el que la droga en sí no es el único ni, en muchos casos, el principal aspecto a considerar.
Fuente: Intercampus
No hay comentarios.:
Publicar un comentario