Creo en Dios, Jesús, José y María
mi familia trascendente
en mi esposo, hijo e hija
y en mis amigos y amigas
Creo en el mundo creado
Creo en el Espíritu Santo
Creo que cuando yo muera
alguien me estará esperando
Creo en las fuerzas humanas
luchando por lo mejor
Creo en el trabajo digno
realizado con amor
Creo en mi vocación de madre
de mujer siempre dispuesta
a contribuir con mi vida
para una sociedad más plena
Creo en los sueños de hoy
los de ayer y de mañana
Creo que cuando Dios quiera
terminarán realizados
No me declaro vencida
ni aunque vengan degollando
siempre cuento con mi amigo
el Buen Pastor que acompaña
Nunca me ha dejado sola
Me lleva con el rebaño
y si me caigo no temo
pues me levanta en sus brazos
Ahora que en este mundo
abundan tantas "verdades"
la verdad más verdadera
me la enseña su Palabra
Creo en la Palabra viva
de Aquél que un día murió
pero ya resucitado,
al mundo resucitó
Creo en el amor eterno
el que no puede morir
porque une en lo invisible
las almas, el cuerpo, el ser
Camino por esta vida
no me quiero detener
mientras vida aún yo tenga
caminante yo seré
Y mientras hunda en la huella
mis pies vencidos veré
que el sol, la lluvia y el viento
el cielo eterno y el mar
siguen allí mientras todo
se renueva una vez más
Creo también que algún día
cuando ya no espere nada
la vida, siempre presente
me dará lo inesperado
Autor: María Inés Maceratesi
Nota: Una vez concurrí a un taller en el que nos propusieron elaborar nuestro Credo personal y, como argentina que soy, intenté redactarlo al modo del "Martín Fierro" de José Hérnández. Para los que no lo conocen y andan por el mundo, les cuento que los versos de este libro hacen referencia al Gaucho argentino, personaje dedicado a los trabajos del campo, con un modo de vivir, de sentir y de expresarse, muy particular. José Hernández redactó estos versos en una época de barbarie. Actualmente el gaucho conserva ciertas tradiciones y vestimentas pero La Pampa es una provincia civilizada y pujante.