martes, 19 de junio de 2007

¿Cuáles son los rasgos de la familia argentina hoy?


Esta pregunta me sirve de punto de partida para reflexionar, primeramente, sobre la realidad que cada familia vive (que difiere según muchas circunstancias) pero sobre todo sobre su inclusión o exclusión de la sociedad en la cual está inserta.

En nuestro país tan rico territorialmente y tan pobre demográficamente, hay diferentes situaciones sociales y familiares; no podríamos hablar de una familia en abstracto pero sí sería posible hablar de cada familia argentina inserta en una realidad socioeconómica y cultural particular.

En la Ciudad de Buenos Aires se concentra la mayor parte de la población y se viven situaciones difíciles pero, las que afectan principalmente a la familia son: la inseguridad, la violencia las adicciones, el desprecio por la vida humana y el medio ambiente, el abuso sexual de menores, violaciones, robos, accidentes viales, entre otras problemáticas; que nos alertan sobre el rol indeclinable que tiene la familia como primera escuela de vida y de valores y con un estilo de vida acorde a los mismos que debería reflejarse en la sociedad toda.

Lamentablemente otra situación real es la explotación laboral que hace que la familia tenga cada vez menos ocasiones para reunirse y compartir momentos juntos. Muchos jóvenes salen de sus casas muy temprano y por muy poco dinero trabajan todos los días de la semana (inclusive el domingo) en condiciones muy precarias dificultando el mantenimiento del vínculo con el resto de la familia. Y lo mismo sucede con los padres y madres quienes tienen que trabajar muchas horas para sostener el hogar conviviendo con la ansiedad, la culpa, el cansansio, el desaliento y el estrés que tal situación trae aparejada.

La desigualdad, la exclusión y la marginalidad hoy son situaciones reales que se hace difícil erradicar y desgraciadamente muchos ciudadanos se acostumbraron a convivir con ellas en lugar de participar para conocer sus derechos y respetar sus obligaciones lo cual redundaría en beneficio de la familia en primer lugar y de la sociedad por consecuencia lógica.

Pero aún así, la familia es uno de los bienes que los argentinos más valoramos. En encuentros con padres ésto se palpa particularmente porque desean ardientemente educar a sus hijos con responsabilidad y coherencia pero lamentan que la sociedad y el estado no los acompañe con leyes que les permitan disponer del tiempo suficiente para estar atentos al desarrollo de sus hijos y crear un vínculo fuerte. También expresan que les faltan respuestas ante tantos desafíos y consideran la necesidad de informarse y formarse.

Las fortalezas que aún conserva la mayoría:

· El sentido de familia
· El sentido de la fiesta como ocasión de compartir.
· La fe (el momento del Bautismo de los hijos es muy valorado)
· Los valores
· La ayuda mutua
· El afecto
· Las tradiciones familiares


Las debilidades


· Ausencia de vínculos estables
· Adhesión a una cultura utilitarista y consumista
· Bajo nivel de tolerancia a frustraciones
· Cansancio psicológico (depresión, neurosis, pérdida de sentido)
· Incapacidad para poner límites y establecer roles

No obstante todas las dificultades, se ve a la familia argentina como una unidad de vida y amor inserta en una cultura, en un país, en un mundo globalizado, con desigualdades, injusticias y exclusiones de muchos pero en plena gestación de un nuevo rumbo, participativo y lleno de esperanza en el futuro.

Mientras vamos caminando, en lugar de renegar de lo que vemos, nos acompañarnos desde la propia fragilidad descubriendo que un proyecto de vida familiar tiene también una dimensión social, ya que el vínculo mutuo entre el varón y la mujer da identidad a la pareja humana como familia, lugar de encuentro generador de vida.

María Inés Maceratesi