martes, 8 de enero de 2008

Redescubrir la familia a partir del Bautismo, mensaje de Juan Pablo II en 1988


Ese mensaje de Juan Pablo II es para escucharlo con suma atención. Ante tantas dificultades, confusiones y controversias que rodean al Magisterio de la Iglesia Católica, es necesario que hagamos un discernimiento y veamos si, efectivamente lo que se comenta a nuestro alrededor es verdadero.

La Iglesia siempre ha pregonado la riqueza de su pensamiento a través de todos y cuantos la componen, sean éstos clérigos o laicos. No adhiero a un pensamiento único, ni siquiera el que proviene de la institución eclesial, como tampoco adhiero a aquellas opiniones que constantemente tratan de denostar todo cuanto provenga de ámbitos eclesiales. Sí creo en una formación personal y un discernimiento propio que surge de la compenetración en el espíritu de la letra y, ese discernimiento lo provee el Espíritu Santo a través de sus múltiples mediaciones: la Sagrada Escritura, la Teología, la Filosofía, la Antropología y todas las ciencias humanas pero, nuestra tarea consistirá en hacer la síntesis y luego hablar y obrar en consecuencia.

La Iglesia defiende a la familia como el ámbito primero y principal de desarrollo de los seres humanos en toda su dimensión, como ámbito de establecimiento de vínculos y como escuela de valores y de fe. Hasta aquí, no creo que haya ninguna persona que pueda expresar que no está de acuerdo.

Claro está que luego surgen intereses e ideologías que tratan, por todos los medios posibles, especialmente a través de los Medios de Comunicación, de confundir a la gente con teorías e ideas que desdibujen el mensaje que Cristo mismo, a través de su Iglesia, nos quiere transmitir. Ese mensaje, el de Cristo, es un mensaje de esperanza, de salvación, de crecimiento personal y comunitario, de alegría y de paz.

¿Qué persona, pueblo o nación podría encontrar este mensaje como nocivo?. ¿Por qué no entender que cuando la Iglesia habla a través de sus pastores lo hace en primer lugar para los que creen en Jesucristo y por ende para toda la humanidad?. ¿Tan difícil resulta entender un mensaje tan sencillo y tan profundo a la vez?.

Por eso la inclusión de este mensaje de Juan Pablo II me parece muy oportuno a pesar de que fue pronunciado hace veinte años, un pastor que desgastó sus años y su vida en transmitir la verdadera razón de existir del matrimonio y de la familia. Nos lo dice a partir del Bautismo, que es la fuente de la gracia y de los dones para llevar adelante la misión que se nos ha dado en este mundo. No estará de más escucharlo con atención y juzgar por nosotros mismos si vale la pena jugarse por los valores de la familia y por Cristo.

Comentario: María Inés Maceratesi

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