La mayoría de los argentinos al leer este título pensarán que me estoy refiriendo a la valija con dólares interceptada en Ezeiza. Esta valija puede ser la punta del témpano de la corrupción política argentina, Como tantas otras noticias de corrupción, catarata de hechos de delitos que nos abruman a través de los diversos Medios. Y el zaping de noticias de corrupción pueden distraernos y no llegar a la hondura y raíz de la corrupción que padece la sociedad argentina.
A esta raíz debe llegar la Iglesia en la Argentina, si quiere evangelizar a la Sociedad argentina.
Para esto, la Iglesia como Pueblo de Dios que peregrina en la Argentina a través de sus más diversas comunidades testigos del Evangelio de Jesús ha de conocer el mundo donde están insertas.
La noticia diaria no es ajena a la Eucaristía diaria. La reflexión orante de la Palabra de Dios no es un ejercicio intelectual ni menos un momento de piedad alienada o contemplación sedante…Por eso, San Pablo para animar a cumplir su misión a la incipiente comunidad de creyentes en Jesús Resucitado en la Roma del Imperio Romano, comienza su sólida Carta Pastoral advirtiéndoles en que sociedad estaban inmersos. Recomiendo leer el primer capítulo de dicha carta y compararla con la descripción de lo que está pasando en nuestra sociedad argentina.
Cito algunas frases: se relacionan con “la inadmisible mentalidad de romper toda regla de conducta, llenos como están de toda clase de injusticia, perversidad, codicia y maldad; colmados de envidias, homicidios, discordias, fraudes; son mal pensados, difamadores , calumniadores, insolentes, soberbios ,fanfarrones, con invectiva para lo malo, rebeldes a sus padres, sin conciencia, sin palabra, sin entrañas, sin compasión”Rom.1.28-31
Y S.Pablo señala que han caído en estas y otras aberraciones, porque abandonaron a Dios y quedaron a sus triste suerte de condición humana empecatada. Y pasa, tras una larga argumentación, a poner a flor de conciencia de los creyentes que esa sociedad sin Dios, esclava de su misma decadencia, aguarda impaciente la misión de las hijas y de los hijos de Dios en una secreta esperanza de un mundo más humano. Misión para lo que han sido elegidos los bautizados que poseen al Espíritu del Resucitado, que Pablo llama “fuerza de Dios” para lograrse en plenitud humana; para rehabilitarse en una convivencia de hijas e hijos de Dios (Rom.cap.8).
Y volviendo a la Argentina ¿Pueden nuestras comunidades cristianas vivir al margen de la sociedad a la que pertenecen? Cuando se reúnen para orar, para celebrar la Eucaristía ¿pueden ignorar lo que está aconteciendo a su alrededor más allá de sus problemas personales y familiares?- Al Dios de Jesucristo no se llega jamás en forma individual. El individualismo es anti-cristiano. El Yo cristiano se pierde en el NOSOTROS.
Por eso la , en el cristiano, no tiene fronteras. Y es tal el interés por el bien ajeno que, como si fuera propio, busca la raíz de lo malo que le acontece al . Siempre trata de dar la solución de fondo y no simplemente “salir del paso” y menos para de alguna manera provecho propio.
Como acontece en las “ayudas sociales” pre electoralistas. Tampoco como con frecuencia acontece en “gente piadosa” que se contenta con alguna intención en la misa o el rosario La Iglesia a través de sus comunidades orantes y operantes convirtiéndose día a día en Evangelio viviente ha de salvar a la sociedad argentina a la cual pertenece y en cuya decadencia moral viene acumulando escandalosa corrupción.
Como la que más, la muerte por hambre muerte que ha sido noticia recientemente; pero, para no pocos por unas horas. Y¿ que decir y orar y obrar ante la máxima corrupción de la sociedad argentina con la muerte de cien niños por día a causa de la indigencia? Este es el máximo escándalo argentino que recorre el mundo entero porque se sabe que la Argentina es capaz de alimentar a 350. millones de personas. Pecado de escándalo que clama solución desde el mismo Jesús, Señor de la Iglesia y de la Historia, que recuerda su Evangelio a quiénes somos miembros de su Iglesia: “lo que hacen con estos pequeños a mi me lo hacen” Mt 25,31ss
Escándalo nacional social- político que las/os cristianas/os debemos encarar en razón de nuestra doble ciudadanía –miembros de la sociedad argentina y miembros de la Iglesia- Porque si a la Iglesia, ningún bautizado le puede decir “tu”, la Iglesia-comunidad, tampoco, puede decir “tú” a la sociedad a la cual pertenece- El escándalo argentino de la mortalidad infantil nos concierne a todos los miembros de la Iglesia, como a todos los miembros de la Sociedad argentina
¡¿ Que tenemos que hacer?!
Mons. Miguel Esteban Hesayne, obispo emérito de Viedma
Comentario Editorial:
A través de las noticias que escucho por la radio o por la televisión e inclusive leo en algunos diarios, donde constantemente se está atacando a algunos obispos y en general a toda la Iglesia institucional me pregunto ¿algún periodista, aunque más no sea por simple curiosidad, no se habrá puesto a buscar por sí mismo qué dicen algunos obispos y por qué lo dicen? porque palabras como las que pronuncia el Obispo emérito de Viedma: Mons. Hesayne, son muy esclarecedoras y no dan lugar a duda de la descripción que realiza de la sociedad, de la política y de la Iglesia porque es lo mismo que vemos muchos ciudadanos, creyentes o no, bautizados o no.
No me parece bien ni considero una actitud ética el descalificar a algún religioso por el sólo hecho de ir en contra de la Institución, por el contrario, deberíamos tomar sus palabras como signo de alerta y motivo de reflexión si es que algo queremos que cambie en este hermoso país que necesita revestirse de una verdad universal que nos contenga a todos y nos haga libres.
Ojalá aprendamos de una vez que la mentira y la simulación no son un buen camino a seguir.
Monseñor Hesayne concluye su reflexión con la pregunta ¡¿Qué tenemos que hacer!? y la tarea es para cada uno de nosotros, para que desde nuestro lugar hagamos bien lo que tenemos que hacer, sea en la familia, en el trabajo,y en cualquier lugar y por sobre todas las cosas, ayudar a desenmascarar la mentira. Como comienzo no estaría mal ¿no es cierto?
María Inés Maceratesi
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