La escuela es la que tiene la responsabilidad de educar, pero no puede resolverlo todo. La cultura de la responsabilidad debe formar parte de toda la sociedad, no sólo de la escuela.
La exclusión, es decir, la imposibilidad de incorporarse a la sociedad, ya no pasa únicamente por la exclusión económica, vivimos también una exclusión cultural que es sumamente grave y alarmante. Admitir el desmoronamiento del sistema educativo es consentir la violencia, aceptar la pobreza y la exclusión y resignarse a la desintegración social.
Las desigualdades históricas (en términos de oportunidades de acceso, rendimiento y calidad) de la educación básica están en vías de profundizarse como resultado de las transformaciones de la economía y la crisis. La educación dejó de ser un instrumento que permita el ascenso social y se transformó en un paracaídas que ayuda a caer más lentamente. Estudiar siempre sirve; aun cuando no sirva para ascender, sirve para no caer.Leer más
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