jueves, 21 de agosto de 2008

Día del catequista: redescubrir la misión de anunciar la Vida

En el Día del Catequista, una reflexión para renovar nuestra misión.


El Señor Yavé me ha concedido
el poder hablar como su discípulo.
Y ha puesto en mi boca las palabras
para fortalecer al que está aburrido.
A la mañana él despierta mi mente
y lo escucho como lo hacen los discípulos.

El Señor Yavé me ha abierto los oídos
y yo no me resistí ni me eché atrás.

(iSAÍAS 50, 4-5)

Desde Aparecida, la misión es una tarea prioritaria que se plantea en el marco de la Redemptoris Missio, que proponía escuchar al Espíritu para ver qué nos pide el Señor para América Latina. Y especialmente para los catequistas, quienes tendríamos que preguntarnos ¿qué nos está pidiendo hoy a nosotros catequistas el Espíritu Santo?.

En primer lugar, tendríamos que considerar que hay una palabra en el Documento de Aparecida, que se menciona seiscientas treinta y una veces; esa palabra es: VIDA.
Los catequistas de este tiempo, lo son para comunicar vida; catequistas que reconozcan que hoy a la gente le interesa vivir bien y que hay algo bueno en éso porque quiere decir que detrás hay un Dios que ama la vida y quiere nuestra felicidad.


En Timoteo 6,7 leemos que Dios ama nuestra felicidad y goza con ella porque es un Padre bueno al que le gusta ver a su hijo feliz. Reconocer la mirada de un padre que goza conmigo y desde allí anunciar a un Señor que quiere ser fuente de alegría en medio de todo.


Tenemos razones para ser alegres y a veces, tenemos mucho miedo a la felicidad. Tenemos que mostrar a un Jesús que vino para que tengamos vida en abundancia y si lo hemos aceptado, dejaremos que nos transforme con la vida plena de su resurrección.

Los cristianos tenemos que creer que existe la vida antes de la muerte y orar, meditar la Palabra, reconocer a Jesús en la celebración eucarística y rescatar la alegría de comer juntos, de trabajar y aprender, del contacto con la naturaleza, del entusiasmo de tener un proyecto comunitario.

Unir fe, dignidad y promoción humana pero aún más unir amistad con Cristo y la felicidad de vivir que eso implica para que, cuando llegan los momentos de dolor, con Él le encontremos sentido porque Él nos enseña a vivir.

El catequista tiene que ser un cántaro de agua fresca donde los demás vayan a refrescarse

No están para cumplir leyes sino para cumplir una misión en la cual dando, se recibe. Esa ley es: que nadie vive si no comunica vida y, cuanto menos se comunica, más se achica.

Hoy el gran riesgo que tenemos es la búsqueda de la privacidad, que nadie se meta en nuestra vida, que nadie nos pida nada, ni nos exija nada; que siempre estemos rodeados de gente linda y agradable. Esta idea de la vida es una tentación que todos tenemos y es propia de la posmodernidad.

El desafío será salir de la conciencia aislada y lanzarnos con valentía a la misión.
La misión es: comunicar la vida, al modo de los apóstoles cuando en Pentecostés salieron a misionar y comunicar lo que habían visto y oído.

Redemptoris Missio en los puntos 34 y 40 dice que la misión de la Iglesia es llevar a Jesús a donde no lo conocen y, en el punto 86 que la misión es la tarea prioritaria de todos y cada uno.

Por eso será sano iniciar procesos constantes de renovación misionera, abandonando estructuras caducas que no respondan a la necesidades de hoy. No podemos quedarnos a la espera pasiva en nuestros templos sino hacer un voto de ponernos en manos del Padre para que Él nos lleve por donde quiera.

La dimensión misionera que propone Aparecida es la misión ad gentes pero, no tenemos que malinterpretar y pensar que una propuesta de misión así nos envía a irnos lejos. Entonces ¿cómo interpretarlo?. El modo de la misión se propone tratando de llegar al que no conoce a Jesucristo o vive lejos de Él. No es una cuestión geográfica, es en cambio, conversar con una persona que tiene problemas y hablarle de Jesús con humildad y amor.

¿Qué es la renovación de la catequesis?

Para renovar la catequesis tenemos que lograr que deje de se extática y pase a ser kerygmática.
Qué significa extática:

Extática: viene de éxtasis. El éxtasis es una situación que nos sume dentro de nosotros mismos y nos aísla dejándonos perplejos. El cambio se dará saliendo de uno mismo, no quedándose encerrado en el propio mundo sino realizando un movimiento hacia las periferias.

Una periferia la conforman los pobres, que no se sienten acompañados porque no estamos con ellos sino que hacemos un discurso sobre ellos. Otra periferia la encontramos en cada parroquia y familia abandonada. Estamos llamados a ir hacia allí. Entonces:

1º: Salir, acercarse a los que la están pasando mal. Se necesitan catequistas abiertos a lo social que reconozcan estas situaciones

2º: Una renovación kerygmática, que implica reformar la catequesis para que toda ella esté impregnada por el primer anuncio, en cualquier tema a tratar. No hay ningún catecismo impregnado por esa renovación pero lo podemos hacer nosotros, olvidando dogmas y leyes, cada uno debe mostrar lo que Dios hizo en su vida por el encuentro con Cristo.

Otro tema a considerar es el del discipulado.

Si Jesús dejó de ser mi centro, no podré renovar mi catequesis ni aceptar, acoger y recibir la vida. Si Dios no me da la vida desaparezco, por eso es necesario seguir, escuchar, oir al Maestro, éso es ser discípulo.

Y ser discípulo no es solamente orar sino también contemplar, es escuchar que el Maestro nos dice: andá, yo te envío. No hay misión si no hay discipulado.

María Inés Maceratesi

Fuente: Apuntes propios tomados de la ponencia del Padre Víctor Fernández en el EAC (Encuentro Arquidiocesano de Catequesis- Marzo 2008)

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