lunes, 9 de noviembre de 2009

Vivir el Bautismo


Me llegó hace unos minutos y quiero compartirlo con todos aquellos agentes de pastoral que diariamente buscan en internet cómo desarrollar un encuentro prebautismal.

Esta reflexión del Papa confirma, de alguna manera, lo que en este blog vengo publicando sobre los encuentros que animo para padres y padrinos denominados: Redescubrir el Bautismo, esperando que los adultos (padres y padrinos bautizados) renueven la misión de todo bautizado: ser discípulos misioneros traduciendo la fe de Cristo que se recibe en el Bautismo, en obras concretas.

A continuación transcribo el texto y se me ocurre que quizá podríamos complementar la reflexión tomándonos nos minutos para meditar con la Carta de Santiago Cap. 2 vers. 20-26 que concluye así.


"Porque así como un cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe que no produce obras está muerta".

Ésto es aplicable a toda nuestra vida personal y comunitaria, a nuestra vida privada y a nuestra vida pública.


Vivir el Bautismo conlleva permanecer unidos a la Iglesia

CIUDAD DEL VATICANO, 8 NOV 2009 (VIS).-A las 18,15, el Papa visitó la parroquia de san Antonio en Concesio, donde Pablo VI recibió el bautismo.

Hablando de la importancia de este sacramento en la vida de cada cristiano, recordó unas palabras del entonces arzobispo de Milán en 1959: "En el mundo en que vivimos, a menudo se interpone una nube que nos quita la alegría de ver con serenidad el cielo divino... existe la tentación de creer que la fe es un vínculo, una cadena de la que hay que liberarse, algo antiguo y pasado de moda que no sirve... de modo que el ser humano piensa que es suficiente la vida económica y social para dar una respuesta a todas las aspiraciones del corazón humano".

En este contexto, el Papa mencionó las Confesiones de san Agustín, cuando dice que "nuestro corazón no tendrá paz hasta que no descanse en Dios. Sólo si encuentra la luz que le ilumina y le da plenitud de significado, el ser humano es verdaderamente feliz. Esta luz es la fe de Cristo, don que se recibe en el bautismo y que hay que redescubrir constantemente para transmitirlo a los demás".

Benedicto XVI exhortó a no olvidar "el don inmenso recibido el día del Bautismo. En aquel momento Cristo nos unió para siempre a él. Pero nosotros -preguntó-, ¿seguimos unidos a El a través de decisiones coherentes con el Evangelio? ¡No es fácil ser cristianos! Es necesario valor y tenacidad para no conformarse con la mentalidad del mundo, para no dejarse seducir por las tentaciones -a veces potentes- del hedonismo y del consumismo, para afrontar, si es necesario también, incomprensiones e incluso persecuciones. Vivir el bautismo implica permanecer sólidamente unidos a la Iglesia, incluso cuando vemos en su rostro algunas sombras y manchas".

"La Iglesia -concluyó- nos ha regenerado a la vida divina y nos acompaña en todo nuestro camino: ¡amémosla como nuestra verdadera madre! Amémosla y sirvámosla con un amor fiel, que se traduzca en gestos concretos dentro de nuestras comunidades, sin ceder a la tentación del individualismo y del prejuicio, y superando cualquier rivalidad y división. Solo así seremos verdaderos discípulos de Cristo".

Al terminar su visita, el Papa se trasladó al aeropuerto militar de Ghedi y desde allí emprendió el vuelo de regreso a Roma, donde llegó a las 20,15.

Fuente: Oficina de Prensa de la Santa Sede

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