Por: Javier Úbeda Ibáñez
Una de las estrategias de este movimiento (CPS) consiste en mostrar como complementarios al marxismo y al cristianismo: Afirman que es una “descomunal ignorancia” contraponer el cristianismo al materialismo de los marxistas.
Dicen que el ateísmo no es esencial al marxismo, sino algo que surgió accidentalmente en el ambiente en que tuvo que desarrollarse. Sin embargo, la crítica de la religión es esencial en la doctrina marxista. La incompatibilidad entre marxismo y religión, repetida numerosas veces por el Magisterio de la Iglesia, no se debe simplemente a que Marx negase la existencia de Dios, sino a que toda su construcción teórica y práctica se apoya necesariamente en el ateísmo.
La religión –según Marx- es la primera alienación de la que hay que liberarse, pues es el paso previo para suprimir las restantes alienaciones: La crítica de la religión es la condición de toda crítica. El ateísmo marxista es “positivo”; no es sólo un olvido de Dios, sino una exigencia del sistema. Es su fuerza motora: rechazado Dios, nada hay superior a la humanidad. Sólo a partir de aquí se puede construir la sociedad socialista sin reparar en los medios empleados –violencia, dictadura, etc.-: es la aplicación perfecta de la afirmación de aquel personaje de Dostoievski: Si Dios no existe, todo está permitido.
Ningún revisionismo marxista –ni el eurocomunismo- ha suprimido este postulado de ateísmo. Para destruir la religión se aprovecha cualquier medio, incluso la difusión del ateísmo pre-marxista: Nuestra propaganda comprende necesariamente la del ateísmo… Tendremos que seguir probablemente el consejo que dio Engels un día a los socialistas alemanes: traducir y difundir entre las masas la literatura atea de los enciclopedistas franceses del siglo XVIII1.
El propio Marx se burlaba del “clericalismo socialista”, representado en la actualidad por CPS: Como el sacerdote acompañó siempre al señor feudal, así el socialismo de los curas acompaña al socialismo feudal… No hay cosa más fácil que dar un tinte socialista al ascetismo cristiano (…). El socialismo sagrado es solamente el agua bendita con la que el sacerdote bendice el despecho de los aristócratas2.
Pablo VI desautorizó este movimiento en una audiencia general, pocos días antes del Congreso de CPS en Utrecht (Holanda): El cristianismo no puede ser instrumentalizado por una concepción de la vida contradictoria con el cristianismo y, por tanto, el movimiento “Cristianos para el Socialismo” es una contradicción ideológica y práctica en sí mismo3.
¿Por qué hablan los “Cristianos para el Socialismo” con tanta convicción de la compatibilidad entre cristianismo y marxismo? ¿No será que profesan una Fe que no es sobrenatural?, ¿una esperanza que no se cifra en la vida eterna?, ¿una caridad no fundamentada en Dios? Por las contradicciones teóricas y prácticas de este movimiento se podría más propiamente denominar Excristianos para el Socialismo; es decir, cristianos que han perdido la fe y buscan sustituirla por una opción temporal.
Terminamos diciendo que la orientación de este movimiento (CPS) contradice las verdades más elementales de la Fe católica: la existencia de Dios, la libertad humana y la autonomía de lo moral y lo espiritual. Esta tendencia es temporalista, sectaria, y hace una crítica radical de la Iglesia, en cuanto institución, con argumentos y métodos marxistas, como la crítica y la lucha de clases.
Notas:
1. V. LENIN, en “Novaia Zijn”, nº 28, diciembre 1905, cit. en artículo de F. OCÁRIZ, “Palabra”, nº 138, Madrid, 1977.
2. K. MARX-F. ENGELS, Manifiesto del Partido Comunista, 1848.
3. “Il Giornale”, Milán, 11-XI-1976.
Dicen que el ateísmo no es esencial al marxismo, sino algo que surgió accidentalmente en el ambiente en que tuvo que desarrollarse. Sin embargo, la crítica de la religión es esencial en la doctrina marxista. La incompatibilidad entre marxismo y religión, repetida numerosas veces por el Magisterio de la Iglesia, no se debe simplemente a que Marx negase la existencia de Dios, sino a que toda su construcción teórica y práctica se apoya necesariamente en el ateísmo.
La religión –según Marx- es la primera alienación de la que hay que liberarse, pues es el paso previo para suprimir las restantes alienaciones: La crítica de la religión es la condición de toda crítica. El ateísmo marxista es “positivo”; no es sólo un olvido de Dios, sino una exigencia del sistema. Es su fuerza motora: rechazado Dios, nada hay superior a la humanidad. Sólo a partir de aquí se puede construir la sociedad socialista sin reparar en los medios empleados –violencia, dictadura, etc.-: es la aplicación perfecta de la afirmación de aquel personaje de Dostoievski: Si Dios no existe, todo está permitido.
Ningún revisionismo marxista –ni el eurocomunismo- ha suprimido este postulado de ateísmo. Para destruir la religión se aprovecha cualquier medio, incluso la difusión del ateísmo pre-marxista: Nuestra propaganda comprende necesariamente la del ateísmo… Tendremos que seguir probablemente el consejo que dio Engels un día a los socialistas alemanes: traducir y difundir entre las masas la literatura atea de los enciclopedistas franceses del siglo XVIII1.
El propio Marx se burlaba del “clericalismo socialista”, representado en la actualidad por CPS: Como el sacerdote acompañó siempre al señor feudal, así el socialismo de los curas acompaña al socialismo feudal… No hay cosa más fácil que dar un tinte socialista al ascetismo cristiano (…). El socialismo sagrado es solamente el agua bendita con la que el sacerdote bendice el despecho de los aristócratas2.
Pablo VI desautorizó este movimiento en una audiencia general, pocos días antes del Congreso de CPS en Utrecht (Holanda): El cristianismo no puede ser instrumentalizado por una concepción de la vida contradictoria con el cristianismo y, por tanto, el movimiento “Cristianos para el Socialismo” es una contradicción ideológica y práctica en sí mismo3.
¿Por qué hablan los “Cristianos para el Socialismo” con tanta convicción de la compatibilidad entre cristianismo y marxismo? ¿No será que profesan una Fe que no es sobrenatural?, ¿una esperanza que no se cifra en la vida eterna?, ¿una caridad no fundamentada en Dios? Por las contradicciones teóricas y prácticas de este movimiento se podría más propiamente denominar Excristianos para el Socialismo; es decir, cristianos que han perdido la fe y buscan sustituirla por una opción temporal.
Terminamos diciendo que la orientación de este movimiento (CPS) contradice las verdades más elementales de la Fe católica: la existencia de Dios, la libertad humana y la autonomía de lo moral y lo espiritual. Esta tendencia es temporalista, sectaria, y hace una crítica radical de la Iglesia, en cuanto institución, con argumentos y métodos marxistas, como la crítica y la lucha de clases.
Notas:
1. V. LENIN, en “Novaia Zijn”, nº 28, diciembre 1905, cit. en artículo de F. OCÁRIZ, “Palabra”, nº 138, Madrid, 1977.
2. K. MARX-F. ENGELS, Manifiesto del Partido Comunista, 1848.
3. “Il Giornale”, Milán, 11-XI-1976.
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Para conocer más sobre el Movimiento CPS: http://www.revistautopia.org/2009/cristianos-por-el-socialismo/
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