La coordinación de la catequesis es un aspecto muy importante entre todas las tareas que tiene una parroquia. No se trata de un asunto meramente estratégico, en orden a una mayor eficacia de la acción evangelizadora, sino que tiene una dimensión teológica de fondo. La catequesis debe estar bien coordinada porque de ella, en buena medida, depende la unidad de la fe que sostiene a la comunidad.
Tal como se expone en el Directorio Catequístico General (cfr. nº 272-273) la coordinación interna de la catequesis de una parroquia, tiene que hacerse en comunión con los lineamientos generales de la Iglesia y, de acuerdo con las indicaciones particulares de la Iglesia local de manera que se ofrezca un servicio de catequesis unitario y coherente.
Por eso, la figura del coordinador o de la coordinadora de catequesis parroquial tiene un papel fundamental para fomentar y coordinar las iniciativas catequéticas de su comunidad.
No se trata de cumplir un rol meramente organizativo o para "darle una mano" al párroco sino que debe tener en cuenta de qué manera se puede potenciar la participación efectiva y la responsabilidad de los laicos en la comunicación de la buena noticia de Jesús y profundizar el encuentro en todos los niveles. No se limitan al área de la catequesis de iniciación sino que son capaces de levantar la mirada para atender todo el Itinerario Catequístco Permanente.
Los coordinadores de catequesis son los responsables de generar iniciativas y proyectos para integrar a la comunidad en torno a la Palabra de Dios que ilumina la vida cotidiana y además, son los representantes de sus catequistas ante el párroco y las estructuras diocesanas o arquidiocesanas.
Su finalidad principal consiste en coordinar y animar todas las actividades catequísticas de acuerdo con las normas diocesanas e impulsar y mejorar la calidad de esa acción en su comunidad.
Pero, además de estimular y animar la catequesis, deben colaborar a crear un cuerpo estable de catequistas y unificar criterios con las diversas áreas.
No debe descuidar nunca su propia formación y, a su vez, ocuparse de potenciar y organizar la formación de los catequistas que conforman su equipo.
Convocará reuniones periódicas con los catequistas de las diversas áreas (catequesis de iniciación de niños, de adultos, prebautismal, prematrimonial, perseverancia…) y pondrá énfasis en llevar a la práctica las conclusiones que se adopten.
Estará atento para informarse e informar de los cursillos de formación interparroquiales para catequistas y, también, de organizar encuentros de catequistas en su parroquia convocando especialistas que puedan brindar elementos para la actualización y la renovación del compromiso del catequista con su vocación, la oración y el trabajo en equipo.
Tratará de estudiar y solucionar los problemas que puedan surgir en el campo de la catequesis y, a su vez, ofrecerá caminos de crecimiento personal y comunitario de los catequistas a través de la implementación de actividades, una biblioteca parroquial de catequesis actualizada yotros elementos de metodología y dinámica que considere que pueden aportar algo a la pedagogía implementada en los encuentros.
El coordinador o coordinadora de catequesis parroquial no puede eternizarse en su cargo y, después de un período determinado de común acuerdo con el párroco y otros catequistas, será reemplazado por otra persona idónea y se integrará al equipo de catequistas ocupando otra tarea; esto no significa que pierda un cargo o una jerarquía porque el rol desempeñado es un servicio al que puede volver cuando se lo soliciten y no una "jefatura" que se perdió.
Para seguir pensando...
-¿Cómo se desempeña la tarea de coordinación de catequesis en mi parroquia?
-¿En qué coincide con las ideas expuestas en esta nota?
-¿Hay algún elemento que está ausente o que no se tiene en cuenta?
-¿Qué podemos hacer en nuestra parroquia para apotar a la tarea del coordinador de catequesis?
Tal como se expone en el Directorio Catequístico General (cfr. nº 272-273) la coordinación interna de la catequesis de una parroquia, tiene que hacerse en comunión con los lineamientos generales de la Iglesia y, de acuerdo con las indicaciones particulares de la Iglesia local de manera que se ofrezca un servicio de catequesis unitario y coherente.
Por eso, la figura del coordinador o de la coordinadora de catequesis parroquial tiene un papel fundamental para fomentar y coordinar las iniciativas catequéticas de su comunidad.
No se trata de cumplir un rol meramente organizativo o para "darle una mano" al párroco sino que debe tener en cuenta de qué manera se puede potenciar la participación efectiva y la responsabilidad de los laicos en la comunicación de la buena noticia de Jesús y profundizar el encuentro en todos los niveles. No se limitan al área de la catequesis de iniciación sino que son capaces de levantar la mirada para atender todo el Itinerario Catequístco Permanente.
Los coordinadores de catequesis son los responsables de generar iniciativas y proyectos para integrar a la comunidad en torno a la Palabra de Dios que ilumina la vida cotidiana y además, son los representantes de sus catequistas ante el párroco y las estructuras diocesanas o arquidiocesanas.
Su finalidad principal consiste en coordinar y animar todas las actividades catequísticas de acuerdo con las normas diocesanas e impulsar y mejorar la calidad de esa acción en su comunidad.
Pero, además de estimular y animar la catequesis, deben colaborar a crear un cuerpo estable de catequistas y unificar criterios con las diversas áreas.
No debe descuidar nunca su propia formación y, a su vez, ocuparse de potenciar y organizar la formación de los catequistas que conforman su equipo.
Convocará reuniones periódicas con los catequistas de las diversas áreas (catequesis de iniciación de niños, de adultos, prebautismal, prematrimonial, perseverancia…) y pondrá énfasis en llevar a la práctica las conclusiones que se adopten.
Estará atento para informarse e informar de los cursillos de formación interparroquiales para catequistas y, también, de organizar encuentros de catequistas en su parroquia convocando especialistas que puedan brindar elementos para la actualización y la renovación del compromiso del catequista con su vocación, la oración y el trabajo en equipo.
Tratará de estudiar y solucionar los problemas que puedan surgir en el campo de la catequesis y, a su vez, ofrecerá caminos de crecimiento personal y comunitario de los catequistas a través de la implementación de actividades, una biblioteca parroquial de catequesis actualizada yotros elementos de metodología y dinámica que considere que pueden aportar algo a la pedagogía implementada en los encuentros.
El coordinador o coordinadora de catequesis parroquial no puede eternizarse en su cargo y, después de un período determinado de común acuerdo con el párroco y otros catequistas, será reemplazado por otra persona idónea y se integrará al equipo de catequistas ocupando otra tarea; esto no significa que pierda un cargo o una jerarquía porque el rol desempeñado es un servicio al que puede volver cuando se lo soliciten y no una "jefatura" que se perdió.
Para seguir pensando...
-¿Cómo se desempeña la tarea de coordinación de catequesis en mi parroquia?
-¿En qué coincide con las ideas expuestas en esta nota?
-¿Hay algún elemento que está ausente o que no se tiene en cuenta?
-¿Qué podemos hacer en nuestra parroquia para apotar a la tarea del coordinador de catequesis?
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