lunes, 18 de marzo de 2013

Redescubrir la alegría de comunicar


Nada es casual. Desde agosto de 2012 que no publico nada en Redescubrir, un blog que comenzó con mucho entusiasmo pero que entró en un cono de descenso porque quien suscribe, prefirió poner el esfuerzo en el tema de la educación y seguridad vial dejando un poco de lado los temas que se venían tratando en este sitio.

Y digo que no es casual porque soy una profunda creyente y creo que hay un tiempo para cada cosa y tratar de forzar situaciones o modificar caminos, no es una tarea fácil y menos aún cuando, como en mi caso, lo que se intenta es hacer un servicio a la Nueva Evangelización a través de los medios de comunicación.

Durante muchos años mi tarea pastoral -para la cual me preparé con la mayor responsabilidad - se centró en la catequesis, luego en la pastoral familiar y finalmente en la Doctrina Social de la Iglesia, que es la que nos da a los laicos principalmente, la posibilidad de vivir y hacer presente el Evangelio en cada ambiente que nos tenga como participantes.

Esa participación que en un principio fue hacia adentro del ámbito eclesial, fue virando hasta ya no alcanzar lo que comúnmente denominamos "pescar en la pecera", no se conformó con los límites de una sacristía y necesité ir más lejos, adentrarme en los intrincados caminos de la comunicación.

Así nació Redescubrir y luego otros blogs que me permitieron dar algo de lo mucho que recibí. Desde el año 2007 hasta agosto de 2012 fue aflojándose el entusiasmo porque en el interín aconteció el fallecimiento de Juan Pablo II, el advenimiento de Benedicto XVI y la perplejidad en que sentí que se envolvía toda la Iglesia.

Como consecuencia, no fui la excepción. Entendí gracias a la formación en Eclesiología que recibí, que lo importante no es quien gobierna la Iglesia terrenal sino que tengo que mirar más allá y ver que detrás de cada Papa está el Espíritu Santo conduciendo a la Iglesia hacia su destino definitivo. El mismo Papa Francisco lo marcó muy bien en su primera alocución cuando dijo que no es el ocupante de la Sede de Pedro el centro de la Iglesia sino Cristo porque sin Cristo no tendría sentido la Iglesia.

Hoy intentaré renovar, recomenzar y redescubrir la alegría de comunicar, de hacer eco, de volver a dar pasos en el camino de la catequesis y la pastoral. Donde el Espíritu Santo necesite mi presencia, ahí estaré.

María Inés Maceratesi

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