domingo, 4 de agosto de 2013

Día del Párroco 4 de Agosto de 2013



Hoy se celebra en toda la Argentina el Día del Párroco en honor al Santo Patrono de los sacerdotes: San Juan María Vianney que dijo:

"Hay muchos cristianos que no saben por qué están en el mundo.-¿Por qué Dios mío, me has puesto en el mundo?-Para salvarte.-y ¿por qué quieres salvarme?-Porque te amo.
iQue bello y grande es conocer, amar y servir a Dios! Es lo único que tenemos que hacer en el mundo. Todo lo demás es tiempo perdido


Los que misionamos en la Iglesia puertas adentro y puertas afuera, necesitamos mucho de ellos porque son la luz que nos guía en el camino, son los que nos animan a salir y dar razones de la fe que profesamos. Un párroco es el que está al servicio de toda la Iglesia en una Parroquia, una porción de la Diócesis confiada a su cuidado y tiene que ser testimonio de la luz de Cristo en el barrio, en la ciudad y en todo ambiente que le toque frecuentar.

Es muy importante darse cuenta de la calidad de Iglesia que tenemos a través de la obra que realizan los distintos párrocos en sus parroquias y es muy fácil advertir que cuando una Parroquia tiene una nutrida actividad pastoral es porque hay un párroco que la conduce y anima a los diferentes grupos o asociaciones parroquiales, a realizar una misión pastoral que se traduce en actividades puntuales: catequesis, acción social, espiritualidad, atención a personas en situaciones especiales y muchas otras que cada parroquia deberá crear atendiendo a las necesidades de las personas que la frecuentan.

Un ejemplo de conducción nos está hoy dando nuestro Papa Francisco, algo que sostuvo insistente y perseverantemente durante los años que lo tuvimos en nuestro país como sacerdote, obispo y cardenal primado de la Argentina. Quizá solamente los que sabían de su labor pastoral porque estaban cerca o porque él mismo se presentaba en las parroquias a visitarlas y ver cómo estaban funcionando, eran conscientes de que siempre llamó a la humildad a los sacerdotes y más aún a los que tenían una misión especial como por ejemplo ser párrocos. Hoy lo sigue haciendo, sigue llamando a salir de la parroquia, a ir a la periferia, a ocuparse y acompañar a los más necesitados pero no todos están abiertos a esa llamada, son muchos los que se abroquelan y se quedan encerrados encerrando así al Espíritu Santo, poniéndole un cerrojo y dando a entender que los únicos que están haciendo lo correcto son los que se cobijan dentro de las cuatro paredes de un templo.

¡Cuánto tenemos que agradecer a esos párrocos que salen de su parroquia y confían el cuidado y atención de la misma a alguna otra persona para ellos dedicarse a lo importante!. ¡Cuántas son las ocasiones en las que personas se acercan a la parroquia en busca de una ayuda desesperada y deben esperar a que sea la hora de atención de secretaría!. Qué diferencia hay entonces con el trabajo de un encargado de edificio o portero que cumple su horario y si se rompe un caño en horario de descanso habrá que esperar su vuelta al trabajo o acudir al administrador.

En realidad hoy necesitamos párrocos dispuestos a estar presentes y abiertos a los cambios, y considerar que pueden tener personas encargadas de reemplazarlo o ayudarlo cuando no pueda encargarse personalmente de algunas cuestiones. Los cristianos debemos aprender que la tarea principal de un párroco es ser pastor, ser sacerdote, ser cura y un cura se dedica principalmente a curar el alma de quienes le piden una ayuda espiritual porque atraviesan momentos de crisis, no es ocuparse del edificio parroquial para que esté impecable sino proveer de los recursos humanos y materiales para que la porción de pueblo de Dios que le ha sido confiada, pueda ser atendida en sus necesidades espirituales y materiales si fuera necesario pero por sobre todas las cosas es una persona llamada por Dios a ser "el Buen Pastor" entre sus ovejas, conociéndolas y yendo a buscar siempre a la que se ha perdido. Un párroco que no conoce a sus ovejas o que las expulsa del corral debería al menos llamarse a meditar si está realizando su misión como el Señor se la encarga, si está haciendo discípulos misioneros o simplemente obedientes ejecutores de órdenes por él dadas.

Gracias a Dios hoy vemos muchos párrocos con "olor a oveja"como pidió el Santo Padre y cada vez serán más porque ese estilo de vida es el que nos propone el Evangelio, pastores saliendo al encuentro de las ovejas en las orillas de los caminos y buscando a los más alejados para anunciarles que Jesús los ama y quiere compartir su vida.

Gracias por todos aquéllos pastores que conocí, conozco y conoceré que responden a este modo de relacionarse con la gente, que caminan los barrios y se meten en todos los lugares para averiguar personalmente qué está sucediendo especialmente con los niños y los ancianos, los dos extremos de la vida que necesitan más atención. 

Y por último una anécdota personal: hace unos diez años, una amiga mía tenía un geriátrico que yo nunca había visitado pero un sábado me llamó muy emocionada diciéndome que me acercara porque iba a ir Mons. Bergoglio (hoy el Papa Francisco) a recorrer los geriátricos de la Vicaría Flores. Allá fui y los ancianos lo esperaron con su mejor sonrisa y su mejor indumentaria. Qué alegría demostraron cuando se hizo presente y los saludó uno por uno con enorme humildad y con mucho cariño! pero a la vez noté que miraba todo el entorno con mucha atención, el estado de la casa, quienes eran los encargados, en fin...la casa era bastante humilde y quizá no contaba con todo el confort pero el corazón de sus encargados era muy grande y atendían a cada anciano con mucho amor. Seguramente, nunca lo supe, habrá hecho su evaluación pero sí se que cuando se retiró, a pesar de ser muy breve la visita, los ancianos destilaban alegría por la visita de su pastor. 

Que Dios bendiga hoy a cada párroco que es testigo del Evangelio en su situación particular y se entrega por completo al servicio del mismo ayudándonos a correr el velo que nubla nuestra conciencia para que podamos ver y oir la voz de Dios. Ojalá a la hora de tratar con quienes acudan a él recuerde que muchos no leerán otro Evangelio más que lo que les muestre con su propia vida.

María Inés Maceratesi
Catequista-Agente de Pastoral Familiar y Social-Comunicadora

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